Una catarata es la pérdida de transparencia del cristalino, lente natural que tenemos en el ojo humano, cuya función junto con la córnea es la de enfocar de forma nítida los rayos de luz en la retina. Cuando la catarata empieza a formarse, es decir, el cristalino empieza a opacificarse, los colores pierden intensidad, predominan los tonos amarillentos, se produce una mala visión nocturna, son frecuentes los deslumbramientos, se necesita luces potentes para leer... en definitiva se produce un deterioro serio de la visión, y con ello, de la calidad de vida.
Actualmente la facoemulsificación es el método más avanzado para el tratamiento definitivo de las cataratas. Consiste en la utilización de ultrasonidos para disolver y extraer el cristalino opacificado y posteriormente sustituirlo por una lente intraocular artificial que hace la misma función que éste.
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Sí, la visión vuelve a ser totalmente normal y nítida, además en la misma intervención también se puede corregir cualquier defecto refractivo del paciente, como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia o vista cansada. Lo que es muy importante, es no esperar a que se forme totalmente la catarata para poder tratarla mejor y disfrutar antes de una mejor calidad de vida. Aquella visión perdida por un problema ajeno a la catarata no podrá recuperarse, por ejemplo: lesiones corneales, glaucomas avanzados, maculopatias,...